viernes, 26 de septiembre de 2008

Historia de la conquista del voto femenino en Argentina, por Carolina Sena

En 1916, con la aplicación de la Ley Sáenz Peña, el feminismo entiende el punto de inflexión y se intensificaron las acciones públicas: Alicia Moreau de Justo lidera desde 1918 la Unión Feminista Internacional y Carolina Muzzilli fue la primera mujer socialista que participa en los sindicatos.

El panorama es vigoroso y variado, y los nombres de mujeres comienzan a formar parte de la historia política argentina sin que puedan figurar en letras de molde de las boletas electorales. Julieta Lanteri se presentó a votar a cuanta elección pudo y con este gesto marcó la presencia femenina en las mesas electorales para denunciar la falta de derechos.



Los derechos de la mujer había sido reivindicado desde los primeros años del Siglo XX, por el Centro Socialista Femenino, fundado por Fenia Chertkoff y la Unión Feminista Nacional presidida por Alicia Moreau de Justo, desarrollando activas campañas a favor de los derechos civiles y políticos de las mujeres.
Mientras que Elvira Dellepiane de Rawson crea el Centro Feminista, cuyo objetivo era obtener reformas legales que equiparen la situación de hombres y mujeres, tanto en el aspecto político como el civil. También surgen el Comité Pro Sufragio Femenino, la Asociación Pro-Derechos de la mujer, que cuenta con la participación de Alfonsina Storni y el Partido Feminista Nacional organizado por Julieta Lanteri.
A fines de la Década Infame, en 1938, la Unión Argentina de Mujeres y la Asociación Argentina del Sufragio Femenino, con Victoria Ocampo y María Rosa Oliver, presentaron un proyecto de ley en la Cámara de Diputados.

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