viernes, 21 de noviembre de 2008

Encuentro en Chapadmalal de las Juanas, Sonia y Verónica de Bahia, estuvieron allí

Se realizó el Cuarto Encuentro Regional Juana Azurduy, esta vez en Chapadmalal, Buenos Aires. Dicho Encuentro Metropolitano contó con la presencia de unas 250 mujeres de Capital Federal, de todo el Conurbano y el interior de la Provincia de Buenos Aires, analizando lo trabajado en 2 años de programa y las perspectivas para seguir avanzando en el fortalecimiento de los derechos de las mujeres.

Poder pensar que mujeres queremos ser "por las Juanas que fuimos,las Juanas
que somosy la Juanas que seremos"



Disertaron en el acto de cierre la Coordinadora Honoraria del Programa Juana Azurduy Diputada Cecilia Merchán y Diputada Provincial Laura Berardo.
Participaron del mismo Juanas de distintos espacios (Casas de las Mujeres, Cátedras, Sindicalistas, estudiantes, docentes, concejalas, Centros comunitarios, Servicio Penitenciario, Organizaciones Sociales y Políticas, Instituto de Políticas Públicas Juana Azurduy, etc) que vienen trabajando las diversas líneas de acción del Programa.
Durante las 3 jornadas que duró el encuentro, que ya tuvo su réplica en Cuyo, Centro y el Noroeste de nuestro país, las participantes debatieron y realizaron tareas de integración en relación a las temáticas de Participación Social y Política; Salud; Violencia y Mujeres en la Historia.
Hace poco más de dos años, desde La Juana venimos haciendo camino en el trabajo con las mujeres, encontrando como la mejor metodología para capacitarnos y fortalecernos; el trabajo a través de la dinámica en talleres. Recuperando desde la educación popular los saberes aprendidos por la propia experiencia de vida.
De tanto hacer y tomar talleres fuimos vivenciando que para poder elaborar, asimilar y tolerar lo que va apareciendo, es necesario un marco de confianza, complicidad, resonancia y risa.
La risa, la participación desde la alegría, el no victimizarnos para poder ser activas y protagonistas; ha sido un eje vertebrador de nuestras consignas, de nuestra gráfica también, y eso es visible en cada uno de los materiales de trabajo.
Los colores, la fiesta, la danza, las marchas… las muchas mujeres organizadas.
Comenzamos a notar que cuando además de trabajar con las consignas de los talleres, sumamos a ésto dinámicas recreativas que nos permitan poner el cuerpo, aumenta la disposición al trabajo y las ganas de volver a asistir al espacio. Las mujeres podemos desinhibirnos y participar. Mover el cuerpo, no solo es eso. Mover el cuerpo, estirarlo, bailar con otras, permite por un momento respirar más, sentir más, olvidarnos de la idea de que todo es malo, de las preocupaciones que cargamos en nuestra cabeza, experimentar que se puede sentir distinto. Dejar una huella, una marca de eso, es abrir un surco por donde se cuela la esperanza y el ánimo de ser PROTAGONISTAS en la transformación social y política de nuestra sociedad. Sentir que el cambio es posible.

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