El 24 de Noviembre: Taller de salud sexual para adolescentes
JUANA AZURDUY SIGUE CAMINANDO EN BAHIA BLANCA
El Barrio 17 de Agosto, de la ciudad de Bahía Blanca, tiene una sociedad de fomento con pocos recursos: apenas una pileta macilenta, una cocina con pocos enseres y mesas y sillas raídas. Allí día a dia, Teresa una luchadora fomentista, da lucha para que los niños y los jóvenes del barrio tengan un lugar interesante que los convoque y los aleje de las tentaciones destructivas como las drogas, que empiecen a pensar que la escuela es un buen lugar para seguir en ella (la mayoría de los adolescentes apenas terminan la EPB o con suerte la ESB) y que tengan en mente que el embarazo no tiene que ser una casualidad o un accidente.
Los más chicos, cada sábado, juegan al futbol o al beisbol, en la plaza sobre la cual está emplazada la edificación de la sociedad de fomento, Teresa los supervisa; "Vamos, no se peleen, es un juego" se escucha su voz, a la vera del improvisado estadio. A eso de las 5, un grupo de jóvenes claretianos les sirve la leche con tortas fritas, que hicieron otras comadres del Barrio, mujeres jóvenes que ya son abuelas y que cargan en sus múltiples y precoces arrugas historia de violencia familiar no resuelta, alimentar a los nietos imprevistos, y en algunos casos hasta las aberraciones sexuales de las violaciones intrafamiliares. Pero con todo y a pesar de todo, están allí, con ese sol de sábado por la ventana, dándole a la única y enorme sartén para que las tortas fritas estén listas para los chiquitos.
Rocío tiene remera a rayas, una hermosa cara redonda y pelo rubio, a sus dieciocho años, y sin terminar la escuela, se la ve como la lider nata del grupo de adolescentes que le ponen todo el fulgor y el ritmo de su edad, en la pared que aprender a decorar a través de uno de los Proyecto adolescente, que Teresa logró traer al barrio. " Hay muchos chicos que me quedan afuera", dice ella desde sus ojos oscuros y con brillo y continúa "necesitaríamos más talleres, pero sé que no se puede concentrar todo en un barrio, hay que repartir".-
Rocío nos ayudará durante todo el taller que realizamos sobre salud sexual para adolescentes, ni bien terminó la tarea de pintura que encararon con naranja, azul y verde lima.
Rocío tiene que ser nuestra Juana Juvenil, nuestra flor del sudoeste; porque tiene esa determinación en la palabra, la palabra que le es escasa a todo el resto, la expresión que queda en el silencio, porque estas adolescentes pueden ser embarazadas antes que sepan expresar una frase completa de amor, porque ya están en edad fértil y están presas sin saber de las carencias, de lo que no se les acerca como oferta de igualdad de oportunidades. Porsupuesto que no es lo mismo ser Rocío que una chica de su misma edad, del centro de Bahía Blanca que va a algún privado y al gimnasio, a inglés, accede a youtube, picassa y tiene un blog. Tal vez Rocío tenga una sensibilidad como artista plástica maravillosa o una inteligencia natural para la matemática, pero eso nunca lo sabremos. Las oportunidades para ella, no fueron las mismas.
Así y todo, Rocío como Teresa, están allí, mano a mano con nosotros: Fabián, que les habla del preservativo como elemento indispensable para prevenir enfermedades incurables como el sida y la hepatitis B, y las verrugas venéreas; César, Silvana y Cintia, que es estudiante de abogacía y desde que conoció el programa Juana Azurduy, sintió que debía dar y recibir en la vida real mucho más que lo que le dictan en las clases de la UNS.
"Los varones creen que saben todo, hablan entre ellos y cosas que no son reales" dice Teresa, y los incentiva a participar, y aunque esta vez, la palabra de ellos fue escasa; sabemos que ese es el camino. La Educación Popular del Programa, la continuidad a toda costa, la luz de Rocío en el Barrio 17 de Agosto de Bahía Blanca.-----
Prensa Juana Azurduy Coordinación regional del sudoeste de Buenos Aires
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